LISBOA 2006 3/3

DOMINGO 18 DE DICIEMBRE

8 de la mañana hora española (así que imaginaros la que sería allí), no podíamos ni con nuestra alma, pero nos decíamos mutuamente que ya descansaríamos en Madrid el lunes, así que recogimos, nos pusimos guapos, y ale para Sintra.

Sintra es una pequeña villa patrimonio de la humanidad que limita con el océano Atlántico a unos 30 minutos de tren de Lisboa. A este lugar se llega por tren pero aquí no vale las siete colinas. Lo digo porque en el camino de ida nos encontramos con un revisor que pasó de nosotros por no tener ni idea de portugués fuera de eso, el camino fue bastante pausado y bien relajado, puesto que estábamos algo muertos de todo el día anterior (para la próxima o para quien lea esto y decida ir, no vayas en plan finde, intenta aprovechar tres días si quieres verlo todo, tranquil@, ¿va?)

Muchas son las cosas que hay en esta pequeña villa por ver, pero nosotros solo teníamos la idea de fija de ver el Palacio Nacional de Pena, pero por palacios, no será, hay mil, porque entre el nacional y demás, y cada uno tiene su historia y su aquel…Si leéis los foros que nosotros hemos leído os dirán que hay una matada desde la estación a este palacio, pero realmente si estais un poquitin aficionados a andar, y bajais normalmente a por el pan, creo que esa subida no os matará demasiado. Nosotros como en ese momento no sabíamos cuanto era, picamos e hicimos caso a los foros, así que nos cogimos un billete de autobús que para en todos los puntos visitables de la villa. Lo más sensato es subirse hasta arriba y luego ir bajando, cuesta igual para cualquiera de las estaciones, te lo van picando hasta que te quedas sin boletos, pero si sois un poquito vagos merece la pena.

 

El bus es un poco raro, la verdad, tiene forma de tranvía, y las cortinas que supuestamente lo decoran parecen del año de Maricastaña. Nosotros cuando subimos nos sentimos en otro país puesto que en tan solo nuestro bus, se llenó de asiáticos con cara y ojos rasgados que nos pedían que les hiciéramos fotos.

Una vez llegados al palacio, Ángel, lo describía como un palacio diseñado por una niña, ya que en mitad de un monte verde el palacio es de color rojo y amarillo plastidecor, es su color original, pero realmente está tan decolorado que parece hecho enteramente por una niña de seis años. En el castillo realmente hay muy poco que ver, destaca alguna columna exterior y el guardián del castillo (una gárgola) en una de las balconadas, dentro, no te dejan hacer fotos, y está custodiado, para que no te lleves nada, puesto que muchas de las salas visitables tienen todo puesto como si lo fueras a utilizar, por ejemplo en el comedor está puesta la mesa con cubiertos bañados en oro de vete tu a saber que siglo, y no hay ni siquiera un cordoncito para saber donde está el limite para acercarte (más de una vez le dije a Ángel de llevarme uno de recuerdo, pero me imaginaba que al levantar un lápiz del año de Maricastaña, una jaula saltaría encima mía, o me daría una descarga, puesto que no entiendo, este sistema de proteger las cosas) ¿no les han enseñado a proteger las cosas en muebles de cristal o poner cordoncitos alrededor de lo que NO se puede tocar? En fin, para comer, había muchos sitios recomendados por la oficina de turismo que nada más salir de la estación os la podéis encontrar, pero para no saltarnos la costumbre de comer barato, nos metimos en un Pizza Hut que está al lado de la estación, y allí aunque no os lo creáis nos sirvieron en plan restauran por un precio bastante inferior al de las pizzas de aquí y comimos superbien, así que si vais también a Sintra como nosotros, nada de sitios típicos, una buena pizza, que no os vais a arrepentir, que para bacalao, y cosas de esas siempre se puede hacer en casa, jaja.

A la vuelta de Lisboa, nos pusimos a buscar las típicas tiendas de recuerdos para comprar lo típico a la gente que nos dice que les traigamos algo y la típica camiseta que nos cogemos de los sitios donde vamos, o me gusta coger, como recuerdo para mi, pero en vista de que no me gustaba ninguna de las que veía. Empezamos una nueva tradición que solo haremos con las ciudades, o capitales europeas que pisemos, y es coger es escudo para cosérmelo en la cartera, jeje… Pronto anochecería, y el árbol volvería a iluminarse, con ganas de quedarme, recogimos las cosas, y mirando hacia atrás iba dejando aquellas calles que había recorrido un par de días antes cuando llegué a la inversa, el tren salía a las diez, y Ángel, para estas cosas es súper responsable, así que nos compramos un bocata cada uno en la tienda a lo PANS del otro día, y nos fuimos al tren. La verdad que me dio pena y rabia, no disfruté todo lo que podía haber disfrutado, pero Lisboa está al lado, siempre puedo volver, además me dio pena no cogerme un dvd de Leopoldina (un video en plan Barrio Sésamo) que ayuda a UNICEF. En fin Lisboa quedó atrás, pero me quedó un bonito recuerdo, y ganas de volver ha hacer lo que no pude hacer; ¡¡¡comerme un buen “bacalau”!!! jaja…Muchas gracias por haber leído hasta aquí, ha sido un disfrute el contaros mi finde en la capital lusitana, espero que hayáis disfrutado como yo, y si vais, os sirva de referencia para muchos y muchas de vosotras. Para finalizar os dejo con un video de YOUTUBE de una de mis películas favoritas; Piedras, de Ramón Salazar, el cual me hace pensar, reír, llorar, escuchar, y sobretodo quereros más a todos los que compartís mi día a día (me imagino que a alguno le onará puesto que muchoi de lo que aquí expone es como me siento a veces, o me he sentido….), gracias por leerme, y espero muchos comentarios, ¿eh? Jaja (para ver más fotos mirar en la carpeta espero que MSN me deje hacerlo) ¡chao!

   

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