CAMINANTE NO HAY CAMINO

Pekin express 2016 1/5 8 agosto, 2016

Ejemplo de las «pirulas» chinas que te puedes encontrar :¬)

Después de maldecir mil y una veces a mi huawei y su versión deficiente de android por alertarme de problemas de espacio y haber tenido que darle a eso de «restaurar valores de fábrica» perdiendo ésta y otras entradas de la lista de «pendientes para publicar» en el blog, me he dicho que tenía que aprovechar el filón de haber escrito no sólo mi particulares «monthlies», sino una entrada sobre la gamificación que he desarrollado este año en Norte Joven, y aquí estoy con un nueva entrada con mi particular viaje de este verano.

Y es que tras pensar con Segundo que era el momento de hacer un viaje épico y grande, y que «google flights» nos recomendara cosas como ir a Palanga (¿dónde demonios está Palanaga?) y tras ver lo complicado que era ir por Turquía por tu cuenta, sumando a cómo debe estar ahora la pobre, con el tema refugiados  y tras el golpe de estado del pasado 15 de julio y ver que el transmongoliano se ponía un poco por las nubes, no se si producto de la casualidad o de que Segundo tenía sed de más aventura, encontramos un billete ida y vuelta por 500 euros a la China que nos hizo decir eso de «why not?».

Sí, lo sé, no hay nombre más predecible que llamar a las entradas de tu viaje al gigante asiático como el popular programa de televisión, pero es que si sumamos que todos los viajes que hay por ahí, el que menos días tiene, son 12 y no 8 como nosotros, que fuimos por nuestra cuenta pese a las alertas foreras de que los chinos no saben ni papa de inglés y las señas como que tampoco, no pude imaginarme corriendo entre coches diciendo eso de «this is a tv show» para llegar a Shanghai o la archiconocida muralla china.

Pero no adelantemos acontecimientos; teníamos ocho días en el gigante asiático y muchas cosas que hacer previamente. Por lo que si estas aquí porque eres fan de mis post de «viajes», sabes que estas cosas empiezan en el propio país donde recojo información de foros, webs y libros y hago balance sobre éstas en la primera entrada, he aquí algunas de esas cosas recogidas (más algunas de mis experiencias), que creo que tendréis que tener en cuenta de cara a cruzar los Montes Urales a lo Marco Polo, evitando así posibles problemas y choques culturales varios.    

1. Visado.

Asúmelo si eres fan de viajes que he decrito por aquí, como el Benelux 2012, Paris 2007 o Roma 2009, o eres como yo que lo más que he salido de la Unión Europea ha sido Bosnia, tu bonito de DNI no te servirá para viajar al gigante asiático, por lo que además de pasaporte, necesitarás un visado de turista. Y es que si siempre te has preguntado el papel de las embajadas, que siempre en sus páginas tienen una retaila de «no somos tal» y «no hacemos cual», también el visado se lo dan a una empresa privada amiga (http://www.visadoparachina.es/) para que se lucre a costa de gente como nosotros (entonces… ¿a qué demonios se dedica una Embajada?).

La tienes que pagar los 60 pavitos que ya cuesta el visado en sí, más otros 60 por gastos de emisión teniéndolo a lo sumo en una semana o dos a la larga, donde te preguntarás eso de; «¿y para eso pago yo 120 euros?». Lo que te dan es una pegatina fea impresa en el momento que por ese precio debería tener hasta holograma, pero que puedes hacer en tu casa con unos pocos dominios de photoshop (incluso con paint), pero que hay que hacerlo.  

¡Otra cosa! Además del visado sería conveniente que te registraras en el registro de viajeros del Ministerio de Asuntos Exteriores, cuando vas a un destino poco convencional siempre es mejor que te tengan registrado por lo que pueda pasar.

2. Vacunas.

Si te dan miedo las agujas estás de suerte, porque a no ser que vayas a una zona rural de China, puedes ir perfectamente sin vacunarte de nada (salvo en esa excepción que si debes hacerlo de «Fiebre amarilla»). Lo que sí te recomiendo de antemano es llevar un botiquín de emergencia en el que meter mascarillas (no es coña, a veces la contaminación en la capital puede ser extremadamente fuerte, compruebala con alguna de otra aplicación diariamente si no quieres reducir diez años tu esperanza de vida); gelocatil (por lo mismo, dado que esta contaminación puede generarte dolor de cabeza) y fortasec (porque nunca sabes como te va a sentar lo que vas a comer, y luego veréis a qué me refiero con eso, jaja).

Pese a ello, y de la misma forma que no estás en la UE y necesitas visado, haceros un seguro de viaje, yo me metí en Rastreator y elegí un seguro que me costó 25 euros cubriéndome 6000 euros de gastos médicos e incluso me facilitaba dinero para un viaje de vuelta a casa si ocurría algo, o 300 por pérdida de equipaje, jej.

3. Educación.

Si eres de los que te quejas cuando en el metro no respetan la ley no escrita de «dejar salir antes de entrar», respira hondo y cuenta aquello de «1, 2 y 3 yo me calmaré…», en China no se estila esa ley, y todos los chinos entran al grito de «¡al turrón!» cuando el metro abre sus puertas, por lo que prepárate no sólo para el metro, sino para todo, porque se cuelan con una velocidad pasmosa, no respetan los verdes en los semáforos, hacen pirulas dignas de Carlos Sainz y a veces me ha tocado apartarme del carril bici porque venía un coche (sí sí, un coche). En cuanto a lo de escupir y tirarse pedos como si tal cosa, es cierto, pero no tanto como imaginé, o al menos será porque yo ya estaba curado de espanto con mi abuelo, pero te echarás unas risas cuando en mitad del palacio de Verano escuches a alguien eructar como si no hubiera un mañana.

4. Inglés.

Si has leído que lo chinos no saben inglés sólo te diré algo: ES TOTALMENTE CIERTO (cosa que no quita para que no haya estrategias para hacerse entender). Sin adelantar a cómo me han atendido en algunos hoteles sin tener ni idea de inglés, os diré que lejos de no saber inglés aprecian que intentes su idioma y siempre están dispuestos a ayudar ante problemas y os aseguro que este viaje he tenido más que en ningún otro. En concreto os daré algunas palabras que llevé, sabía (de cuando me dio por aprender chino por mi cuenta mucho antes de plantearme el viaje) y otras que aprendí jugando con la pantalla del asiento en mi viaje de ida:

Hola – nĭhǎo Adiós – zàijiàn Por favor – qĭng

Gracias – xièxie No lo entiendo  –  wǒ tīng bù dŏng

Estoy perdido –  wŏ mílù le Norte –  běi Sur – nán

Este – dōng Oeste – xī A la derecha – zài yòubian

A la izquierda – zài zuŏbian

1 – yī 2 – èr 3 – sān 4 – sì 5 – wǔ 6 – liù 7 – qī 8 – bā 9 – jiǔ 10 – shí.

Sin embargo y aunque es bueno tener una guía de cómo se dicen y muchas veces no aciertas con el tono correcto como me pasaba a mi, toda señal tiene su traducción, al inglés, por lo que tranquilo a la hora por ejemplo de moverte en metro. Así que si hay algo en concreto que quieras decir o hacer, llevatelo escrito en un papel.

4. Prepara tu monedero.

En China hay que pagar por todo, precios insignificantes si vienes de Europa, pero al fin y al cabo, tendrás que pagarlo. Por lo que intenta usar lo menos posible la tarjeta (en pocos sitios la aceptan) y si lo necesitas, saca directamente del cajero. Yo en este caso además del dinero que habitualmente cambias, me hice cuenta en Evo banco, quien me daba tres meses para usar la tarjeta con cero comisiones y retirarme si no me convencía el servicio, por lo que como daban una cobertura de cuatro retiradas de dinero por cajero gratis pensé que sería la mejor opción para moverme por allí. Y en efecto  ha sido así pero tiene un contra; no son solo retiradas, sino pagos, por lo que ojo con ese tema ¿ok? a partir de cuatro usos de tarjeta en el extranjero, te cobran comisión, aunque de todos los bancos que he visto es la más baja (1€).  

5. ¡Cuidado con las distancias!.

Márcate esto a fuego en la cabeza. Nosotros a veces optamos por decir de ir andando de un lugar a otro perdiendo el día entero, por lo que por no seas tacaño y por un precio muy bajo pillate un sencillo del metro, sobre todo si vas con los días contados.

y 6. No dependas de la tecnología.

Vale que estamos acostumbrados a depender del móvil para todo, pero este país es diferente, vale que uses tu móvil para saber la hora, pero si te conectas a internet, siempre con wifi, si no es una pasta. Sin embargo este consejo viene por el punto de que muchas veces usamos el gps del móvil o nos gusta de tirar de redes sociales para comunicar lo bien que estamos a nuestros familiares, pero en China, pese a que todos los chinos están enganchados al baidú (su google particular), es posible que hasta mi blog esté censurado cuando publique este post. Gmail no va, google maps menos, y redes sociales como facebook o twitter olvídate, por lo que tira del whatsapp y lo dicho, en sitios con wifi.

Por lo que sin más, ya tienes a priori todos los peros que te pueden hacer cambiar de opinión sobre tus vacaciones y cambiarlas por Benidorm, por lo que ahora sólo cabe decir que bienvenido a mi particular guía de «Pekin Express» (aunque también fui a Shanghai) en 8 días.

Y si por el contrario vives o has estado en china y tienes que añadir algo (más aún de lo que yo escribo, que reconozco que me pierde escribir), sólo pónmelo en los comentarios, un saludo y;

¡Qué empiece el viaje!

P.d. -> En estos días iré publicando la experiencia. Be calm y… ¡prepararos mis pupilos para leer, que va a ser infumable! jaja ;¬)

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